miércoles, 18 de septiembre de 2013

Vejez: ¿un reto o una oportunidad para la ciudad de México?





La dinámica poblacional en México ha cambiado de manera importante. Mientras que el Censo de 1990 reportaba que el 4.2% de la población estaba integrado por personas mayores de 60 años, para el año 2000 este porcentaje ascendió a 5.0 y en 2010 nuevamente se incrementó hasta alcanzar el 6.3 por ciento.

De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), la participación de los adultos mayores (AM) con respecto al volumen total de la población del Distrito Federal se ha incrementado paulatinamente. En 1950 este sector representaba 5.2% de los pobladores de la capital del país (3.1 millones), al paso de los años su participación se incrementó moderadamente, y para el 2010 alcanzó el 11.3% del total de habitantes (8.9 millones). Las delegaciones con mayor densidad de población de AM son Benito Juárez, Azcapotzalco y Miguel Hidalgo.

Salud: la importancia de prevenir


En 2012, La Jornada publicó que, según el Fondo Monetario Internacional (FMI), el envejecimiento de la población mexicana exige un gasto adicional de 400 mil millones de pesos para el Sistema Nacional de Salud. Por su parte, el Instituto Nacional de Geriatría presentó en su cuadernillo de salud pública: Propuesta para un plan de acción en envejecimiento y salud que si bien la mayor parte de adultos mayores está afiliada a los sistemas de salud públicos en el país (IMSS e ISSSTE), uno de cada seis no tiene ningún tipo de aseguramiento, la mitad de ellos acude al sector privado y uno de cada cinco se atiende en las farmacias.

El documento anteriormente citado muestra que las enfermedades crónicas más comunes en la vejez son: hipertensión, diabetes mellitus, enfermedades cerebrovasculares, cardiopatía isquémica, insuficiencia cardíaca y cáncer. En tanto, los síndromes geriátricos frecuentes entre las personas mayores de 60 años son: déficit visual, déficit auditivo, caídas y anorexia.

En entrevista con la Dra. Verónica Montes de Oca, Coordinadora del Seminario Universitario Institucional sobre Envejecimiento y Vejez (SUIEV) e Investigadora del Instituto de Investigaciones Sociales de la Universidad Nacional Autónoma de México (IIS-UNAM), afirmó: “No estamos pensando los sistemas de salud en función de prevenir la enfermedad, sino la estamos pensando curativamente (…) No estamos pensando que lo más valioso (es que) 70% de la población mayor es sana”.  Lo anterior, explicó la especialista, requiere un cambio de paradigma en el sistema de salud.

El Instituto Nacional de Geriatría indica que: "La cobertura universal en salud, sola, no es suficiente; es necesaria la cobertura universal de beneficios y, en el caso específico de las personas adultas mayores, la inclusión de estrategias preventivas, terapéuticas y de rehabilitación oportunas".

Empleo: de cara a la informalidad


Al igual que los jóvenes, los adultos mayores se han vistos fuertemente afectados por la falta de oportunidades de empleo estable y bien remunerado que actualmente caracterizan al mercado laboral mexicano. No obstante, 30.8% de adultos mayores continúa trabajando o en busca de trabajo. Lo anterior no responde, en gran parte, a una decisión voluntaria, sino principalmente a una necesidad económica.

El señor Carmelo Flores, de 74 años, trabaja como cuidador y lavador de vehículos en la delegación Azcapotzalco. Su horario de trabajo es de las 8:00 a las 20:00 horas de lunes a viernes. Diariamente, dijo, recibe entre 50 y 60 pesos en propinas. Sin bien, comentó, tuvo que “pelear” para acceder al paquete de beneficios sociales para trabajadores, actualmente sólo recibe 1,600 pesos mensuales como parte de su jubilación, por lo que se ve en la necesidad de trasladarse todos los días desde Cuautitlán Izcalli, en el Estado de México, hasta la colonia San Pablo Xalpa, en el Distrito Federal, para ganar un poco más de dinero.

Según el periódico El Economista, en 2011 uno de cada tres adultos mayores con empleo pertenecían al sector informal. Como parte de las estrategias para impulsar el trabajo formal entre AM, el Instituto Nacional de las Personas Adultas Mayores (INAPAM) llevó a cabo una feria de empleo en ese mismo  año a través de la cual, declaró, colocó en el mercado laboral a 10 mil 990 personas de 60 años y más.

El INEGI señala que actualmente 47.1% de hombres y 18.8% de mujeres AM se encuentran trabajando, o están en la búsqueda de ocupación remunerada.

Envejecimiento en México: una puerta al asistencialismo


Con base en el documento “Abstencionismo y cultura política de México”, elaborado por la Cámara de Diputados, el grupo etario con mayor participación en las elecciones de 2009 en términos relativos fue el de 65 a 69 años, con 57.8%. A diferencia, el grupo etario con menor participación –igualmente, en términos relativos– fue el de 25 a 29 años, con 34.4%.
De acuerdo con especialistas, para 2050 habrá 166.5 adultos mayores por cada 100 niños. De acuerdo con la Dra. Verónica Montes de Oca, “una estructura por edad más envejecida tiene una mayor cantidad de votantes (…) posiblemente no sea casual que ahora se ponga tanta atención a los viejos”.

La señora Guadalupe Jiménez, de 65 años, afirma que el partido político con el que se identifica es el de la Revolución Institucional (PRI), ya que está de acuerdo en “cómo se llevó la política anteriormente y cómo se lleva actualmente”. Ella declara no haber sido beneficiaria de ningún programa para adultos mayores, ya que, dijo: “hasta ahorita he vivido de mi trabajo”. Por su parte, el Sr.  Carmelo Flores afirma que cambió su preferencia política del PRI al Partido de la Revolución Democrática, ya que Andrés Manuel “hizo mucho por la gente como yo (adultos mayores) y por las mujeres”.

La Dra. Montes de Oca expresó que: “debemos tener mucho cuidado en que todas las políticas que se hagan no sean de asistencialismo social, sino que sean programas realmente enfocados a la cuestión de derecho”.

Esto, sin lugar a dudas, exigiría un cambio de paradigmas a nivel social.

Como te ves, me vi…


Vejez y envejecimiento no son lo mismo. La Dra. Montes de Oca explicó que la vejez se refiere a una etapa de la vida, la que se experimenta después de los 60 años; en cambio, el envejecimiento es el proceso que se vive hasta llegar a la vejez.


De acuerdo con el Dr. George Leeson, de la Universidad de Oxford, el problema de la vejez en los países en desarrollo es que las personas llegan a los 60 años enfermas y empobrecidas, lo que provoca serios problemas para el Estado y para sus familias. Con una esperanza de vida que se incrementa 12 minutos a cada hora, las personas vivirán más tiempo, lo que obligará a cambiar el curso de vida como se vive en la actualidad.
Para la Dra. Montes de Oca: “es fundamental pensar cómo estamos construyendo el envejecimiento”. Así, declaró, es preciso que las personas más jóvenes ahorren, para su vejez, per no sólo en términos económicos, sino también en salud, ya que ello ayudará a evitar los gastos de una enfermedad a futuro.

Los jóvenes de hoy serán los adultos mayores del mañana. Si permitimos que la falta de oportunidades continúe  en el país, deberemos enfrentar un panorama difícil y sombrío para el 2050. 



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